El museo del escritor y el “nuevo” Centro Histórico, por David Gutiérrez Fuentes

LA CRÓNICA DE HOY
JUEVES 23 DE OCTUBRE DE 2008


OPINIÓN
PERRO MUNDO

El museo del escritor y el “nuevo” Centro Histórico

CUANDO RENÉ AVILÉS FABILA me comentó su intención de abrir una fundación cultural, creí que tardaría muchos años en hacerlo y a veces llegue a pensar que se que daría en una plática de cantina. Pero se me olvidaba que cuando a René se le mete una idea en la cabeza es perseverante y machacón Él y Rosario Casco su esposa lo teman todo muy claro: darían becas harían concursos literarios abrirían exposiciones, tendrían una sala de consulta con una colección especializada en literatura mexicana y seguirían apoyando a la revista El Búho, que acaba de cumplir 10 años Lo consiguieron con esfuerzo y la ayuda de amigos. A los dos años la fundación abría sus puertas al público ante el asombro de muchos la incredulidad de otros y las suspicacias que nunca faltan. La fundación creció. Una tarde, en la única sala restante de ese espacio financiado con recursos de la pareja y los eventos e intercambios culturales realizados por la fundación se aprovecho para exhibir una colección singular manuscritos primeras ediciones plumas fotografías y maquinas de escribir donadas por escritores o familiares de estos. El objeto que mas llamó mi atención fue la maquina de Otto-Raúl González con un papel entre el rodillo que contenía un soneto el ultimo dedicado a ese preciado objeto de mil batallas. Curioso el montaje y magnifico el soneto que ya tendré ocasión de reproducir para compartirlo.

En fin más o menos así surgió la idea de hacer un Museo del Escritor. Por obvias razones de espacio y de lo que llaman en política duplicidad de funciones el Museo del Escritor A C se constituyó legalmente como una entidad autónoma y desligada de la figura de la fundación en la que tiene sede momentánea y saturada dicho museo. Porque en efecto el Museo del Escritor A. C. tiene un importante acervo derivado también de la colección plástica y literaria de René, donada al país. Si a eso le sumamos las aportaciones de una larga lista de escritores y otra suerte de donadores se entenderá lo efímero de las exposiciones que se exhiben en una fundación con actividades paralelas pero diferentes e insertas en otra dinámica. El museo reclamaba su propio espacio de manera natural y la iniciativa trascendió a René pese a que sigue siendo su principal impulsor.

FUE EN ESE CONTEXTO, con un museo legalmente constituido como asociación civil, con una importante y extensa obra a la que le faltan paredes para ser exhibida en su totalidad, que una serie de intelectuales, escritores, historiadores e instituciones de nivel superior le propusieron a Sergio Vela, la donación, bajo la figura de comodato del ex Oratorio de San Felipe Neri, ubicado en Republica del Salvador y desde hace años cerrado al público. ¿Por qué ese lugar para albergar el legado del Museo del Escritor A. C.? Encuentro dos razones suficientes para que la propuesta sea atendida. La primera ya la explicó ampliamente la historiadora Martha Fernández, investigadora del Instituto de investigaciones Estéticas, en un artículo bien documentado y difundido a través de la publicación electrónica del instituto es el espacio ideal para albergar los objetos y la biblioteca con los hasta ahora 12 mil ejemplares clasificados. La última remodelación, que respetó la arquitectura original dotó al espacio de instalaciones adecuadas (quizá haya que hacer algunas adecuaciones respetando los lineamientos del INAH) para que el sitio cobre vida, para que escritores y publico en general le devuelvan la vitalidad a una joya arquitectónica declarada patrimonio de la humanidad y actualmente abandonada, o, peor aun, en la mira de la Secretaria de Hacienda para convertirse en oficinas burocráticas.

LA SEGUNDA RAZON tiene que ver con esta iniciativa que el gobierno de Ebrard (vista con buenos ojos por algunos intelectuales o periodistas como Jacobo Zabludovsky) ha trabajado durante su gestión devolverle al Centro Histórico de la ciudad de México el esplendor cultural, académico y turístico que perdió paulatinamente desde que se construyó Ciudad Universitaria y que alcanzó su máximo punto de decadencia durante el mandato AMLO-Encinas. Ahora que el péndulo va de regreso, en medio de una serie de conflictos porque la ciudad es más grande y compleja el rescate de un monumento histórico para abrirle las puertas a un museo con permanentes actividades en el que las figuras centrales serían los escritores es por sí mismo atendible, aun que esta respuesta tenga que provenir del gobierno federal, que durante la gestión de Fox, y de acuerdo a un articulo de Ana Garduño, le dio un manejo oscuro y poco exitoso al ex oratorio. Ojalá sean atendidas estas iniciativas y propuestas que redundarían en más opciones culturales para el ciudadano o los turistas que todavía se animan a visitarnos

David Gutiérrez Fuentes

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