Carta de apoyo del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios. A.C (ICOMOS)

Consejo Internacional de Monumentos y Sitios
International Council on Monuments and Sites
Conseil International des Monuments et des Sites
Organismo “A” de UNESCO
ICOMOS MEXICANO, A. C.

2008 “Año del Patrimonio Religioso y los Sitios Sagrados”

México, D. F., Agosto 2008


MTRO. SERGIO VELA MARTÍNEZ
PRESIDENTE DEL CONSEJO NACIONAL
PARA LA CULTURA Y LAS ARTES
P R E S E N T E

Estimado Maestro Vela Martínez:

Como es de su conocimiento el ICOMOS Mexicano a través personas y diversas instituciones, coadyuva en la conservación de monumentos, conjuntos y sitios, de interés arqueológico, histórico o artístico.

Por tal motivo, en esta ocasión hemos decidido apoyar la iniciativa de la Fundación René Avilés Fabila con relación al establecimiento de un Museo del Escritor en el antiguo Oratorio de San Felipe Neri, el Viejo, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

El ex Oratorio de San Felipe Neri, el Viejo, es uno de los edificios barrocos más bellos de México; fue construido a finales del siglo XVII por el arquitecto Cristóbal de Medina Vargas y gracias a su alta calidad arquitectónica fue declarado Monumento Nacional el 21 de octubre de 1960. La instalación en ese sitio del Museo del Escritor, haría posible reunir los valores históricos y artísticos del claustro con un proyecto que lo dignificaría y garantizaría su conservación para el futuro. Al mismo tiempo lo mantendría vivo y al servicio de la comunidad, tal como lo recomienda la UNESCO a través de este organismo en diversas disposiciones, como la Carta de Atenas (Artículo 2°) y la Carta de Venecia (Artículo 5°).

Cabe señalar que el ex Oratorio se encuentra ubicado en el Perímetro A del Centro Histórico, el cual fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad el 11 de diciembre de 1987, lo que obliga a atribuirle a sus monumentos una función de vida colectiva, como lo han establecido las diferentes Convenciones sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, desde el año de 1972.

El Museo del Escritor, que ya ha abierto sus puertas y está en funciones en la propia Fundación, comprende varios aspectos encaminados hacia esos objetivos. Como en todo museo, se exhiben objetos como fotografías, grabados, caricaturas y dibujos de escritores, así como las primeras ediciones firmadas por sus autores. Sin embargo, el Museo también cuenta con el Centro Escritores Rafael Solana, que otorga becas a jóvenes menores de 30 años, el cual, eventualmente se convertirá en un centro de investigación literaria, apoyado por la biblioteca Juan José Arreola, que hasta ahora tiene un acervo de más de quince mil libros, principalmente de literatura mexicana. Además la propia Fundación ya cuenta con concursos anuales sobre cuento, poesía, viñetas y dibujo, que enriquecen la labor del propio Museo. Finalmente, tiene contemplado abrir una escuela de escritores (semejante a la que tiene la SOGEM), y llevar a cabo presentaciones de libros, talleres, cursos y otras actividades culturales, abiertas a públicos más amplios, en las instalaciones del mismo Museo. Se tratará, entonces, de un sitio de gran vida literaria a nivel nacional.

La revista Universo de El Búho, que cumple diez años de existencia, ha obtenido algunos reconocimientos periodísticos y entre sus colaboradores destacan nombres de mexicanos distinguidos, es vocero de la Fundación y lo será asimismo del Museo del Escritor. Tiene un tiraje de cinco mil ejemplares, es obsequiada a los lectores para promover la lectura y también es posible consultarla por Internet.

Sin duda, ese Museo en el ex Oratorio de San Felipe Neri vendría a enriquecer la cultura que tradicionalmente se ha desarrollado en el Centro Histórico de la Ciudad de México dentro de un espacio limitado por muros, pero abierto a la comunidad por medio de sus arcadas; abierto a los habitantes y trabajadores de la zona y, de manera muy especial, a los jóvenes, necesitados hoy en día de espacios culturales, educativos y de desarrollo intelectual.

Agradeciendo de antemano la atención que concederá a la presente, le hago llegar un cordial saludo.
A t e n t a m e n t e ,
Arq. Javier Villalobos Jaramillo
P r e s i d e n t e


San Jerónimo Nº 28 int. 1, Centro Histórico de la Ciudad de México C.P. 06080
Tel:(55) 57.09.29.52 Tel-Fax:(55) 57.09.34.61 email:
oficina@icomos.org.mx
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Piden artistas usar al oratorio de San Felipe Neri como Museo del Escritor de Judith Amador Tello

Proceso

Piden artistas usar al oratorio de San Felipe Neri como Museo del Escritor
JUDITH AMADOR TELLO


MÉXICO, D.F., 5 de noviembre (apro).- Con el respaldo del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, la Fundación René Avilés Fabila solicita le sea entregado el edificio del antiguo Oratorio de San Felipe Neri el Viejo, ubicado en República de El Salvador 47, en el Centro Histórico, para convertirlo en sede del Museo del Escritor.
Según información del IIE, se ha hecho la petición a Sergio Vela, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), mediante una carta, en la que académicos, escritores y personajes "importantes de la cultura mexicana", expresan no sólo su interés en hacer público el valor artístico del inmueble, sino también su rechazo a que vuelva a ser espacio para oficinas públicas (fue ocupado por décadas por la Secretaría de Hacienda).Hay que recordar que apenas hace tres años el inmueble, declarado patrimonio nacional el 21 de octubre de 1960, fue objeto de un largo debate, pues el gobierno de Vicente Fox, a través de la Secretaría de la Función Pública (SFP), lo entregó en comodato a la Asociación del Patrimonio Artístico Mexicana, encabezada por el presbítero Armando Ruiz Castellanos y dirigida por el cardenal Norberto Rivera Carrera.Los especialistas en patrimonio cultural, entre ellos el abogado y antropólogo Bolfy Cottom, hicieron ver en su momento que la acción fue violatoria de las leyes General de Bienes Nacionales y Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.
Hubo entonces una fuerte oposición, pues se consideró que, luego de la expropiación de los bienes de la Iglesia emprendida con las Leyes de Reforma, especialmente la Ley Lerdo, era un retroceso en la historia, pues constituía una especie de devolución a la Iglesia, aunque Ruiz Castellanos se empeñó en negar los vínculos e insistió en que la asociación tenía fines académicos y de difusión cultural.Dulce María Sauri y Martha Sofía Tamayo Morales, quienes se desempeñaban como senadoras, hicieron una investigación histórica sobre el inmueble y presentaron los resultados a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, para advertir que las leyes establecen con claridad que los inmuebles nacionalizados por la Reforma no podían ser entregados en comodato a ningún particular o asociación.Pero el propio Instituto Nacional de Antropología e Historia, que por ley tendría que haber emitido el dictamen previo a la cesión, se justificó diciendo que desconocía la concesión y le competía sólo al gobierno federal.
Funcionarios menores se encargaron de asegurar además que el inmueble no había sido expropiado en tiempos de Juárez, sino comprado a un particular.En suma, el gobierno se hizo de oídos sordos y el inmueble se entregó a la asociación encabezada por Ruiz Castellanos, la cual durante un tiempo realizó actividades como seminarios de arte y conferencias.
Finalmente, cerró sus puertas, y ahora la fundación del escritor y periodista René Avilés Fabila promueve sea sede del Museo del Escritor.Avilés Fabila asegura en un texto de su autoría, publicado el pasado 19 de octubre en el Excélsior, que su propuesta es respaldada por miembros de la comunidad artística e intelectual, entre ellos Martha Fernández, María Teresa Uriarte, Teresa del Conde, Jorge Alberto Manrique, Elisa Vargaslugo, Alberto Dallal, Elisa García Barragán, Olga Sáenz y Pablo Escalante, todos investigadores del IIE.Además, Mercedes de la Garza, Juliana González, Álvaro Matute, José Rubén Romero, Miguel León-Portilla, Luis Herrera de la Fuente, Sebastián, Jorge Ruiz Dueñas, Federico Ortiz Quesada, Bernardo Ruiz, Silvia Molina, Ignacio Trejo Fuentes, Joaquín Armando Chacón y Óscar de la Borbolla.Respaldan también la petición las academias de Artes, Mexicana de la Lengua y Mexicana de la Historia, así como diversas instancias de la UNAM, como el Instituto de Investigaciones Históricas y la Facultad de Arquitectura.
El Museo del Escritor existe ya en las instalaciones de la Fundación de Avilés Fabila y tiene un acervo de fotografías, grabados, caricaturas y dibujos de escritores, así como las primeras ediciones firmadas por sus autores. Cuenta también con el Centro de Escritores Rafael Solana, que otorga becas a escritores menores de 30 años. Se contempla abrir, además, una escuela de escritores.El argumento de los promotores no evoca que la importancia de recuperar este inmueble de aquella asociación vinculada a la Iglesia, pues de hecho recibió también apoyó del IIE.
Sólo dice que se debe "insistir en al viabilidad de este proyecto, como una opción mucho más noble y responsable que la de establecer oficinas en este recinto histórico".Pero vale la pena recordar que, al entregar el inmueble a esa asociación, se violaron las leyes, un acto de autoridad al que no se dio mayor explicación y ahora cierra esa agrupación, también sin dar motivos.

Reubicación deseable de Teresa del Conde

La Jornada
Martes 11 de noviembre de 2008

Reubicación deseable
Por Teresa del Conde.

Hace poco revisité la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que se ubica en lo que fue la iglesia de San Felipe Neri “el nuevo”, con objeto de calibrar una vez más los murales de Vlady y también de hacer algunas consultas.

Me equivoqué de entrada y pretendí ingresar a lo que se conoce como San Felipe Neri “el viejo”. Con amabilidad, el empleado de la portería me hizo conocer la equivocación, pero como había tiempo de sobra, le pedí que me permitiera entrar al recinto, solicitud que obtuvo radical aunque cordial negativa.

Poco después, la investigadora y especialista en arte del virreinato Martha Fernández me requirió que firmara una carta en la que se pide que el inmueble se recupere como recinto cultural, dada su enjundia arquitectónica, celebrada por varios autores, entre otros por don Francisco de la Maza en el libro Los templos de San Felipe Neri de la Ciudad de México, publicado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Añadí mi firma a las muchas que ella ya había recopilado: escritores, artistas, historiadores, arquitectos etcétera.

Todavía no hay decisión respecto del uso que habrá de darse a la edificación, pues aunque ha sufrido modificaciones a lo largo de los siglos, resulta ser de incontestable valía en el contexto de la arquitectura barroca de finales del siglo XVII, obra del arquitecto Cristóbal de Medina Vargas Machuca.

Martha Fernández es autora del libro Cristóbal de Medina Vargas y la arquitectura salomónica en la Nueva España durante el siglo XVIII. “Su expresión más importante se presentó en el abocinamiento de la portada (de San Felipe Neri “el viejo”) conseguido al estructurar (la portada) a partir de un arco de triunfo”. Este arquitecto, quien murió en 1699, fue maestro interino de la Catedral de México entre 1679 y 1684 y después, hasta su muerte, titular de ese cargo.

El Palacio de la Autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México en Licenciado Primo Verdad número 2, vecino del ex Palacio del Arzobispado, es un sitio que funciona como centro cultural de investigación, cercano a la Casa de la Primera Imprenta y a los museos del Arzobispado y José Luis Cuevas. Fue reconstruido a partir de los vestigios del convento de Santa Teresa la Antigua, obra igualmente de Cristóbal de Medina Vargas.

Para beneficio de algunos posibles lectores, aclaro que no es que exista un Felipe Neri viejo y otro nuevo, o una Teresa antigua y otra que lo es menos, salvo que se tratara de la decinomónica santita de Lissieux, quien murió tuberculosa a los 24 años y fue objeto de una admirable película de Alain Tavernier. Es un filme de primera línea, debido a la estética que guarda, no tanto por la enjundia santoral del personaje, quien parece haber sido víctima de masoquismo a ultranza, aunque verdad sea dicha, escribió un libro que se titula Historia de un alma y a eso se deben, conjeturo, tanto a su elevación a los altares como la gestación de la obra cinematográfica a la que aludo, cosa que de por sí ya la haría merecedora de veneración, pese al carácter kitsch que por lo general guardan sus representaciones, condición ajena a la de la mística castellana, que es a quien se rindió culto en las sendas iglesias que ostentan su nombre.

La “Unión ilustrísima de San Felipe Neri” fue fundada en Nueva España por don Antonio Calderón Benavides en 1657. La orden oratoriana tuvo, a mi juicio, gran valía, entre otras razones porque asimiló algunos presupuestos reformísticos de carácter ascético, aunque también me parece prudente decir que los oratorianos fueron cercanos a Roberto Belarmino y patrocinadores del Caravaggio, el más prominente artista de la Contrarreforma, que contó en Nueva España con seguidores y con copistas, como el que realizó una de las piezas de altar en el templo de San Bernardino, en Xochimilco.

Personas comprometidas en la salvaguarda del patrimonio nacional piensan que San Felipe Neri “el viejo” debe constituirse en un centro cultural y se ha propuesto que El Museo del Escritor, el cual ya abrió sus puertas y cuenta con acervo importante, lo ocupe, toda vez que así se le atribuiría una función de vida colectiva, opción mayormente válida que su conversión en oficinas. Eso es lo que, desde aquí, como portavoz, me permito expresarle al presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sergio Vela.

El museo del escritor y el “nuevo” Centro Histórico, por David Gutiérrez Fuentes

LA CRÓNICA DE HOY
JUEVES 23 DE OCTUBRE DE 2008


OPINIÓN
PERRO MUNDO

El museo del escritor y el “nuevo” Centro Histórico

CUANDO RENÉ AVILÉS FABILA me comentó su intención de abrir una fundación cultural, creí que tardaría muchos años en hacerlo y a veces llegue a pensar que se que daría en una plática de cantina. Pero se me olvidaba que cuando a René se le mete una idea en la cabeza es perseverante y machacón Él y Rosario Casco su esposa lo teman todo muy claro: darían becas harían concursos literarios abrirían exposiciones, tendrían una sala de consulta con una colección especializada en literatura mexicana y seguirían apoyando a la revista El Búho, que acaba de cumplir 10 años Lo consiguieron con esfuerzo y la ayuda de amigos. A los dos años la fundación abría sus puertas al público ante el asombro de muchos la incredulidad de otros y las suspicacias que nunca faltan. La fundación creció. Una tarde, en la única sala restante de ese espacio financiado con recursos de la pareja y los eventos e intercambios culturales realizados por la fundación se aprovecho para exhibir una colección singular manuscritos primeras ediciones plumas fotografías y maquinas de escribir donadas por escritores o familiares de estos. El objeto que mas llamó mi atención fue la maquina de Otto-Raúl González con un papel entre el rodillo que contenía un soneto el ultimo dedicado a ese preciado objeto de mil batallas. Curioso el montaje y magnifico el soneto que ya tendré ocasión de reproducir para compartirlo.

En fin más o menos así surgió la idea de hacer un Museo del Escritor. Por obvias razones de espacio y de lo que llaman en política duplicidad de funciones el Museo del Escritor A C se constituyó legalmente como una entidad autónoma y desligada de la figura de la fundación en la que tiene sede momentánea y saturada dicho museo. Porque en efecto el Museo del Escritor A. C. tiene un importante acervo derivado también de la colección plástica y literaria de René, donada al país. Si a eso le sumamos las aportaciones de una larga lista de escritores y otra suerte de donadores se entenderá lo efímero de las exposiciones que se exhiben en una fundación con actividades paralelas pero diferentes e insertas en otra dinámica. El museo reclamaba su propio espacio de manera natural y la iniciativa trascendió a René pese a que sigue siendo su principal impulsor.

FUE EN ESE CONTEXTO, con un museo legalmente constituido como asociación civil, con una importante y extensa obra a la que le faltan paredes para ser exhibida en su totalidad, que una serie de intelectuales, escritores, historiadores e instituciones de nivel superior le propusieron a Sergio Vela, la donación, bajo la figura de comodato del ex Oratorio de San Felipe Neri, ubicado en Republica del Salvador y desde hace años cerrado al público. ¿Por qué ese lugar para albergar el legado del Museo del Escritor A. C.? Encuentro dos razones suficientes para que la propuesta sea atendida. La primera ya la explicó ampliamente la historiadora Martha Fernández, investigadora del Instituto de investigaciones Estéticas, en un artículo bien documentado y difundido a través de la publicación electrónica del instituto es el espacio ideal para albergar los objetos y la biblioteca con los hasta ahora 12 mil ejemplares clasificados. La última remodelación, que respetó la arquitectura original dotó al espacio de instalaciones adecuadas (quizá haya que hacer algunas adecuaciones respetando los lineamientos del INAH) para que el sitio cobre vida, para que escritores y publico en general le devuelvan la vitalidad a una joya arquitectónica declarada patrimonio de la humanidad y actualmente abandonada, o, peor aun, en la mira de la Secretaria de Hacienda para convertirse en oficinas burocráticas.

LA SEGUNDA RAZON tiene que ver con esta iniciativa que el gobierno de Ebrard (vista con buenos ojos por algunos intelectuales o periodistas como Jacobo Zabludovsky) ha trabajado durante su gestión devolverle al Centro Histórico de la ciudad de México el esplendor cultural, académico y turístico que perdió paulatinamente desde que se construyó Ciudad Universitaria y que alcanzó su máximo punto de decadencia durante el mandato AMLO-Encinas. Ahora que el péndulo va de regreso, en medio de una serie de conflictos porque la ciudad es más grande y compleja el rescate de un monumento histórico para abrirle las puertas a un museo con permanentes actividades en el que las figuras centrales serían los escritores es por sí mismo atendible, aun que esta respuesta tenga que provenir del gobierno federal, que durante la gestión de Fox, y de acuerdo a un articulo de Ana Garduño, le dio un manejo oscuro y poco exitoso al ex oratorio. Ojalá sean atendidas estas iniciativas y propuestas que redundarían en más opciones culturales para el ciudadano o los turistas que todavía se animan a visitarnos

David Gutiérrez Fuentes

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS de Humberto Musacchio

Excélsior
Lunes 3 de noviembre de 2008

Más del Museo del Escritor

Decíamos la semana pasada que numerosos intelectuales piden que se entregue el edificio anexo a la Biblioteca Lerdo de Tejada al Museo del Escritor. El repositorio de libros iba a ser el oratorio de San Felipe Neri, pero quedó inconcluso porque en 1767, como consecuencia de los conflictos entre órdenes católicas, el trono de Madrid expulsó a los jesuitas de España y sus dominios. La construcción quedó abandonada hasta que ya en la Reforma fue adquirida por el empresario guatemalteco Francisco Arbeu, quien encomendó al arquitecto Apolonio Téllez Girón que adaptara para teatro el frustrado templo, tarea que concluyó en 1875, cuando se inauguró el Teatro Arbeu, que permanecería abierto, en sus últimos años como cine, hasta 1954. Después fue taller mecánico y en 1968 la Secretaría de Hacienda lo convirtió en sede de la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, cuyos muros fueron decorados en los años setenta por el pintor VLady (Viadimir Kibalchich Rosakob, hijo del escritor bolchevique Victor Serge). Una decisión burocrática le quitó a la biblioteca parte de sus bodegas y oficinas, las que posteriormente fueron desocupadas, pues Vicente Fox donó el edificio a una agrupación de la iglesia católica, la que no le dio el uso acordado y lo desalojó hace un par de años, sin que se restituyera a la biblioteca ese espacio, del que una parte al menos podría alojar una institución tan digna como el Museo del Escritor.

Texto leído durante la entrega de objetos personales, libros autografiados y originales del poeta Rubén Bonifaz Nuño al Museo del Escritor

10 de octubre de 2008.
Doctor Rubén Bonifaz Nuño, queridos amigos

Rubén Bonifaz Nuño es sin duda el mayor poeta de México, aunque ya conozco su reacción llena de buen humor en estos casos, ¿por qué me limitas, hermano? Tiene razón, so pena de hacerlo avergonzar a causa de su extrema timidez, digo que es el mayor poeta en las letras castellanas, las que se escriben en español por todo el mundo y eso porque no soy un conocedor de la poesía en otros lenguajes. Para fortuna nuestra, es mexicano y lo tenemos al alcance de la mano. Ha ganado una enorme y sólida reputación, indiscutible, con su obra poética, sí, pero también con su tarea como traductor de los clásicos griegos y latinos, como académico de largo alcance y como conocedor de las culturas prehispánicas. Posee, pues, una obra titánica, memorable.




Pero hay algo más, es un ser humano sensible, afectuoso, respetuoso de sus semejantes, que se duele de la pobreza de su país y cuyas opiniones son conocidas. México no ha tenido otro escritor tan admirado y respetado. Hace muy poco el poeta dio una plática en su amada UNAM, en lo que él llamó el centro del país, la Ciudad Universitaria, donde dejó su vida y creó una obra literaria extraordinaria. La Biblioteca se pobló de jóvenes que mostraban devoción por su poesía, un hecho insólito y conmovedor.




Ahora Rubén Bonifaz Nuño honra y engalana al naciente Museo del Escritor al estar aquí presente y donar objetos que le pertenecieron. Si bien ya contábamos con libros suyos, primeras ediciones firmadas, con fotografías autografiadas, ahora estamos en posesión de cosas más personales y significativas para el poeta. En esta modesta Fundación la biblioteca se llama como él: Rubén Bonifaz Nuño, de tal manera que en nuestro trabajo cultural siempre hemos tenido presente la inmensa y prodigiosa figura del hombre que llevó a cabo la hazaña de traducir directamente del griego La Iliada y cotejarla con múltiples ediciones. Rubén ha hecho enormes aportaciones a las letras, pero quisiera dejar constancia de que en su poesía ha sabido mezclar lo popular con lo más estrictamente clásico, una hazaña irrepetible porque se requiere para ello una cultura asombrosa, un dominio de los poetas clásicos y un gran amor por lo nacional.




Muchas gracias, querido y admirado Rubén, por tu generosa donación que enriquece a esta naciente institución que esperamos pronto crezca y tenga un lugar adecuado. Siempre hemos contado con tu apoyo y yo personalmente con tu amistad desde aquel lejano 1969 cuando nos conocimos en el Fondo de Cultura Económica, cuanto tú recogías tu libro El ala del tigre y yo el mío, Hacia el fin del mundo, ambos publicados en Letras mexicanas. Jamás pensé que fueras a aceptarme como tu amigo y dejarme mostrarte mi admiración y mi amor por tus letras y tu persona.





Carta a Lic. Sergio Vela del Seminario de Estudio y Conservación de la UNAM


Carta de apoyo del Museo Franz Mayer


Carta a Lic. Sergio Vela de Miguel León Portilla







Carta a Lic. Sergio Vela de M. De La Garza y J. González







Carta a Lic. Sergio Vela del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM







Carta a Lic. Sergio Vela del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM




Carta a Lic. Sergio Vela de la Facultad de Arquitectura de la UNAM


Lista de literatos, intelectuales y académicos que apoyan la solicitud del ex oratorio San Felipe Neri para el Museo del Escritor




Carta a Lic. Sergio Vela de la Delegación Miguel Hidalgo 1



Carta a Lic. Sergio Vela de la Delegación Miguel Hidalgo



Carta a Lic. Sergio Vela de la Academia de la Lengua


Carta a Lic. Sergio Vela de la Academia Mexicana de la Historia


Carta de apoyo de la Academia de Artes


Carta a Lic. Sergio Vela de la Fundación Sebastián A.C.


Carta a Sen. María Rojo


Carta a Sen. Ma. De Los Ángeles Moreno




Carta a Sen. Fernando Elizondo


Carta al Leg. Salvador Martínez Della Rocca


Carta a Leg. Mauricio Alonso Toledo


Carta a Jacobo Zabludovsky1






Carta al Instituto Nacional de Antropología e Historia


Carta a Arq. Javier Villalobos Jaramillo


Carta a Dip. Izcóatl Tonatiuh Bravo


Carta Dip. Gerardo Villanueva


Carta a Dip. Emilio Ulloa Pérez


Carta a Dip. Beatriz Pagés Llergo


El Museo del Escritor por Ángeles González Gamio

Ángeles González Gamio gonzalezgamio@gmail.com
La ciudad de México tiene primeros lugares en estadísticas horrendas: de las más violentas, de las peores en contaminación, en tráfico y por ahí podríamos irnos. Pero no hay que olvidar que también llevamos la delantera en cuestiones honrosas y positivas. Entre otras, somos de las ciudades con más museos y buena parte de ellos ocupan joyas arquitectónicas que en sí mismas constituyen obras de arte.
Uno de los más novedosos es el Museo del Escritor, que nació en el año 2003 dentro del seno de la Fundación René Avilés Favila. En su modesta sede de la calle de Yácatas 242, el original recinto muestra alrededor de 200 fotografías, caricaturas y grabados de escritores famosos, principalmente mexicanos. Tiene más de 400 primeras ediciones firmadas por sus autores, entre las que se encuentran libros de Gabriel García Márquez, José Saramago, Edgar Allan Poe, Carlos Fuentes, Alejo Carpentier, José Revueltas y personajes por el estilo.
También hay objetos pertenecientes a escritores relevantes, como plumas, lentes, máquinas de escribir, cartas y documentos diversos. El acervo continúa creciendo con las constantes aportaciones de connotados creadores que apoyan gustosos tan noble proyecto. La idea del museo es ser sitio de encuentro, con presentaciones, conferencias, cursos y talleres para jóvenes.A ello se suma la creación del Centro de Escritores Rafael Solana, que otorga becas a narradores menores de 30 años y la Biblioteca Juan José Arreola, que cuenta con un acervo de cerca de 16 mil libros, fundamentalmente de literatura mexicana. La fundación lleva a cabo para los jóvenes concursos anuales sobre cuento, poesía, viñetas y dibujo.
Para tan útil e importante proyecto el espacio es totalmente insuficiente. Por ello se ha solicitado al presidente del Consejo Nacional Para la Cultura y las Artes, Sergio Vela, que se le otorgue el uso del antiguo claustro del Oratorio de San Felipe Neri “El Viejo”, bella construcción situada en la calle de República de El Salvador, en el Centro Histórico, que actualmente está sin uso.
El hermoso recinto se encuentra junto al que fuese el templo, que hoy aloja a la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que custodia un excelente acervo y está decorada en su totalidad por coloridos frescos del pintor de origen ruso Vlady. Este museo, además de darle vida a una construcción histórica en el abandono, apoyaría el renacimiento del Centro Histórico, que ya sin vendedores ambulantes y estrenando calles con nuevo pavimento, banqueta, mobiliario urbano y demás, está recobrando su imagen de Ciudad de Los Palacios y la rica vida que tuvo en siglos pasados, en la que convivían con gran armonía todas las clases sociales.
Hay que destacar que el antiguo templo que alberga la biblioteca y el claustro del oratorio, se edificaron en la segunda mitad del siglo XVII y son dos maravillas de la arquitectura barroca. El claustro del oratorio, en donde vislumbro a los escritores deambulando con un libro bajo el brazo, inspirándose para su siguiente obra, es una hermosura que construyó el prestigiado arquitecto Cristóbal de Medina Vargas. Es sin duda el ámbito perfecto para el Museo del Escritor. Confiamos en la sensibilidad de los gobernantes para que sea concedida.
Mientras eso sucede sigamos disfrutándolo en su sede de Narvarte, que tiene como ventaja la cercanía con el restaurante La Casa del Filete, situado en Doctor Vértiz 800. De botana, con el aperitivo, le sugiero compartir unos pulpos a la gallega. Para iniciar formalmente la comida es sabrosísima la sopa de fideos con almejas. Para el plato fuerte, si prefiere pescado, pida el lomo de robalo en salsa de perejil. Yo me voy con el filete Chemita, especialidad de la casa, bañado con salsa gravy y acompañado de papas parisinas. No pierdo la esperanza de llegar al postre: fresas jubilée. El servicio que preside el capitán Rogelio Castañeda es de primera.

Respuesta a la Dra. Martha Fernández


Carta al Embajador Alfonso de María y Campos






Carta de la Dra. Martha Fernández

EL MUSEO DEL ESCRITOR


Sr. Director

Mucho le agradecería publicara el siguiente comentario, relacionado con el artículo de René Avilés Fabila, titulado “¿Dónde quedará el Museo del Escritor?”.

El ex Oratorio de San Felipe Neri, es una joya arquitectónica del siglo XVII, construida por el arquitecto Cristóbal de Medina Vargas y está catalogado como Monumento Nacional desde 1960. Además, forma parte del Perímetro “A” del Centro Histórico, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad desde 1987. Todo ello obligaría a las autoridades a otorgarle un uso cultural que beneficiara a la sociedad en su conjunto. Eso dicen las leyes nacionales e internacionales sobre el uso y conservación del patrimonio, así como los convenios, igualmente internacionales, que nuestro país ha suscrito. Desespera saber que ese proyecto cultural, que coadyuvaría a preservar el monumento en beneficio de la sociedad, existe: el Museo del Escritor; pero las autoridades no responden. La Secretaría de Hacienda, que lo solicita, se ha caracterizado por hacer un uso privado y, muchas veces degradante, de nuestro patrimonio. Por ejemplo, el ex Arzobispado, un monumento del siglo XVIII, está convertido en salón de eventos especiales; la casa de Av. Hidalgo 78, del siglo XIX, que alguna vez fue museo y después se convirtió en “La Casita de Juárez”, hoy son oficinas sin acceso al público. El propio ex Oratorio ya fueron inexpugnables oficinas de Hacienda. Tiene razón René Avilés, el presidente Felipe Calderón es responsable, pero lo son más Sergio Vela (Presidente de CONACULTA) y Alfonso de Maria y Campos (Director General del INAH) quienes por ley, deberían proteger el patrimonio y procurar para él un uso que lo preserve y lo dignifique. Y el otro problema es precisamente el que se pregunta Avilés Fabila: ¿dónde quedará el Museo del Escritor? Un espacio dedicado a las letras mexicanas en las que nuestro país ha destacado incuestionablemente a nivel internacional (al menos no olvidemos, por favor, a Octavio Paz). Espero que nuestras autoridades consideren que un museo de esa índole merece una joya patrimonial como el ex Oratorio de San Felipe Neri, es ahí donde debe quedar; lo merecen los escritores, nos lo merecemos la sociedad; no así la Secretaría de Hacienda.

Dra. Martha Fernández
Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM

¿Dónde quedará el Museo del Escritor?

por René Avilés Fabila

El inmenso poeta Rubén Bonifaz Nuño hizo un importante donativo al Museo del Escritor, de ello los medios dieron amplia información. El hombre de letras explicó las razones de la entrega y de su cercanía con la muerte, declaró ser incapaz de definir su poesía; a cambio quiso precisar, con la modestia que lo caracteriza, sus aportaciones a la métrica y al ritmo, la mezcla que hizo de lenguaje culto y popular y el valor que les concede a sus traducciones de clásicos, principalmente a La Iliada, que tradujo del griego y cotejó con siete versiones; su última tarea: las enfermedades lo acosan, muerden su cuerpo, dijo rodeado de periodistas y admiradores.

Esto fue en el Museo del Escritor, donde un grupo de escritores dimos los primeros pasos para que México posea un recinto dedicado a la literatura y a quienes se han entregado a las letras. Hace poco, José Agustín obsequió originales y objetos personales para engrosar el patrimonio de la naciente institución, la que cuenta con más de 400 primeras ediciones firmadas por sus autores, García Márquez, Saramago, Allan Poe, Rafael Alberti, Nicolás Guillén, Carlos Fuentes, Elena Garro, Alí Chumacero, Alejo Carpentier, Juan Rulfo, Juan José Arreola, Pita Amor, Rafael Solana, José Luis Martínez, Andrés Henestrosa, Augusto Monterroso, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, Edmundo Valadés y muchos más. Asimismo posee valiosos documentos: por ejemplo el poeta Dionicio Morales donó originales de Carlos Pellicer, Sergio Magaña y Alejandro Aura y hay cartas de Uslar Pietri y Elías Nandino. Destacan la mesa de trabajo que fuera del legendario Centro Mexicano de Escritores, en donde trabajaron casi todos los escritores mexicanos, las máquinas de escribir de Gustavo Sáinz, Eugenio Aguirre y Otto-Raúl González, una espléndida colección de retratos originales, caricaturas y fotografías de grandes narradores y poetas. El Museo cuenta con una revista de distribución gratuita. Finalmente a pesar de su pequeñez física (carece de apoyos), imparte talleres de literatura, concede premios, lleva a cabo presentaciones y conferencias para estimular las letras entre los jóvenes. Su biblioteca cuenta con quince mil volúmenes de literatura mexicana.

Para consolidar el gran proyecto nacido de la sociedad, de los escritores, solicitamos formalmente al CONACULTA que nos diera en calidad de préstamo el ex Oratorio de San Felipe Neri, abandonado desde hace algún tiempo, asimismo le pedimos a una de las fundaciones de Carlos Slim apoyo para darle las instalaciones que requiere un museo de esa magnitud. En todo nos hemos quedando esperando la respuesta positiva. Al parecer, ahora Hacienda desea que el ex Oratorio se convierta en oficinas, lo que contribuirá a la destrucción del inmueble. Con un museo es posible respetar la estructura, adecuarse; con oficinas jamás. Así lo hemos explicado a las autoridades correspondientes.

Más aún, distinguidos intelectuales y académicos, diversas instituciones de alta cultura han brindado su decidido apoyo al Museo por medio de cartas y firmas que le han enviado a Sergio Vela. Citaré algunos: Academia Mexicana de la Lengua, Academia Mexicana de Historia… De la UNAM, han optado por la defensa del proyecto el Instituto de Investigaciones Estéticas, la Facultad de Arquitectura y el Instituto de Investigaciones Históricas. A título personal han firmado cartas de apoyo, entre muchos otros, Martha Fernández, Mercedes de la Garza, Juliana González, María Teresa Uriarte, Teresa del Conde, Jorge Alberto Manrique, Elisa Vargaslugo, Alberto Dallal, Elisa García Barragán, Olga Sáenz, Pablo Escalante, Álvaro Matute, José Rubén Romero, Miguel León-Portilla, Luis Herrera de la Fuente, Sebastián, Jorge Ruiz Dueñas, Federico Ortiz Quesada, Bernardo Ruiz, Silvia Molina, Ignacio Trejo Fuentes, Joaquín Armando Chacón, Óscar de la Borbolla, María Luisa Mendoza, Marcela del Río, Gelsen Gas, Ángeles González Gamio… Finalmente le presentamos la idea al rector general de la UAM, José Lema Labadie, quien la vio con simpatía. La Delegación Miguel Hidalgo hizo suya la propuesta y hemos encontrado amplia disposición de diversos medios de comunicación, con los que hemos hablado del Museo del Escritor.

Felipe Calderón dice proteger los inmuebles valiosos del país, ha firmado convenciones internacionales como el de Protección del Patrimonio Mundial, entonces ¿por qué convertir en oficinas el ex Oratorio de San Felipe Neri, cuando podría albergar a un significativo museo que respetaría su estado y lo dignificaría dándole la función de recinto para las letras nacionales y universales, algo que no existe en el mundo? Además es una forma de socializar el espacio. En este mes recibiremos donaciones importantes de las familias de Edmundo Valadés y del poeta Fernando Sánchez Mayáns, ¿las arrumbaremos en un local inadecuado o las autoridades del país tendrán la suficiente sensibilidad para alojarlas debidamente? ¿Nos toparemos de nuevo con la sordera de las autoridades y en especial de Felipe Calderón?

www.reneavilesfabila.com.mx www.recordanzas.blogspot.com

Apertura del Museo del Escritor y programa de actividades 2008 de la Fundación René Avilés Fabila

El Consejo Directivo de la Fundación René Avilés Fabila, invitan a usted y al medio de comunicación que representa a la apertura del Museo del Escritor que tiene fotografías, caricaturas, grabados y objetos de escritores famosos de varias generaciones.



Además, se realizará la presentación del programa de actividades de la Fundación para el año 2008, entre los que se cuentan la creación de un Centro de Escritores, homenajes y recuperación de reconocidos artistas, la producción editorial, así como el rescate de escritores injustamente olvidados.



La cita es a las 17:30 horas del martes 4 de marzo de 2008, en la sede de la Fundación ubicada en Yácatas 242, entre Romero de Terreros y Luz Saviñón, Colonia Narvarte, Del. Benito Juárez.



Los miembros del Consejo Directivo de la Fundación René Avilés Fabila esperan que esta invitación sea de su interés periodístico y nos acompañen con un fotógrafo o camarógrafo de su medio de información.

Carta a Lic. Sergio Vela

México, DF. Agosto, 2008

LIC. SERGIO VELA
Presidente del Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes
P r e s e n t e

Estimado licenciado Vela:

Por este medio, nos permitimos apoyar la iniciativa de la Fundación René Avilés Fabila en relación con el establecimiento de un Museo del Escritor en el antiguo Oratorio de San Felipe Neri, el Viejo, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

El ex Oratorio de San Felipe Neri, el Viejo es uno de los edificios barrocos más bellos de México; fue construido a finales del siglo XVII por el arquitecto Cristóbal de Medina Vargas y gracias a su alta calidad arquitectónica fue declarado Monumento Nacional el 21 de octubre de 1960. La instalación en ese sitio del Museo del Escritor, haría posible reunir los valores históricos y artísticos del claustro con un proyecto que lo dignificaría y garantizaría su conservación para el futuro. Al mismo tiempo lo mantendría vivo y al servicio de la comunidad, tal como lo recomienda la UNESCO a través del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) en diversas disposiciones, como la Carta de Atenas (Artículo 2°) y la Carta de Venecia (Artículo 5°), del que México forma parte.

Recordemos, además, que el ex Oratorio se encuentra ubicado en el Perímetro A del Centro Histórico, el cual fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad el 11 de diciembre de 1987, lo que obliga a atribuirle a sus monumentos una función de vida colectiva, como lo han establecido las diferentes Convenciones sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, desde el año de 1972. Como oficinas, el recinto sufrirá mayores deformaciones, mientras que en tanto Museo, el sitio será respetado, debidamente protegido, pues las vitrinas y salones estarán acordes al entorno.

El Museo del Escritor, que ya ha abierto sus puertas y está en funciones en la propia Fundación, comprende varios aspectos encaminados hacia esos objetivos. Como en todo museo, se exhiben objetos como fotografías, grabados, caricaturas y dibujos de escritores, así como las primeras ediciones firmadas por sus autores. Sin embargo, el Museo también cuenta con el Centro de Escritores Rafael Solana, que otorga becas a jóvenes menores de 30 años, el cual, eventualmente se convertirá en un centro de investigación literaria, apoyado por la biblioteca Juan José Arreola, que hasta ahora tiene un acervo de más de quince mil libros, principalmente de literatura mexicana. Además la propia Fundación ya cuenta con concursos anuales sobre cuento, poesía, viñetas y dibujo, que enriquecen la labor del propio Museo. Finalmente, se tiene contemplado hacer una escuela de escritores, un poco a imagen y semejanza de la Escuela de Escritores de la SOGEM, y llevar a cabo presentaciones de libros, talleres, cursos y otras actividades culturales, abiertas a públicos más amplios, en las instalaciones del mismo Museo. Esto es, será un sitio de gran vida literaria nacional.

La revista Universo de El Búho, que cumple diez años de existencia y ha obtenido diversos reconocimientos periodísticos, entre sus colaboradores destacan nombres de mexicanos distinguidos, es vocero de la Fundación y lo será asimismo del Museo del Escritor. Tiene un tiraje de cinco mil ejemplares, es obsequiada a los lectores para promover la lectura y también es posible consultarla por Internet.

Sin duda, ese Museo en el ex Oratorio de San Felipe Neri vendría a enriquecer la cultura que tradicionalmente se ha desarrollado en el Centro Histórico de la Ciudad de México dentro de un espacio limitado por muros, pero abierto a la comunidad por medio de sus arcadas; abierto a los habitantes y trabajadores de la zona y, de manera muy especial, a los jóvenes, necesitados hoy en día de espacios culturales, educativos y de desarrollo intelectual.
Seguros de contar con la atención que concederá a la presente, le enviamos un cordial saludo.

A t e n t a m e n t e,

Rastros y efectos

El Museo del Escritor en el ex claustro delOratorio de San Felipe Neri "el Viejo"

Oratorio de San Felipe Neri “el Viejo”. Portada “reclamo”.Foto: Martha Fernández.

Uno de los problemas más serios que enfrenta la conservación de los centros históricos es el de conciliar su carácter patrimonial con la necesidad de mantenerlos vivos y útiles para la sociedad. No es tarea sencilla, pues en el rescate de cada monumento que conforma el conjunto de los centros históricos se debe pensar en sus valores históricos y artísticos. Por ello, resulta de capital importancia lograr la confluencia entre los monumentos y el uso adecuado que se les pueda dar para dignificarlos y evitar que se ponga en riesgo su integridad.

Cuando se consigue un buen proyecto para un edificio patrimonial siempre es gratificante pues conlleva la convicción de que la preservación del monumento quedará garantizada, al mismo tiempo que el edificio permanecerá vivo y será de utilidad para todos. Es el caso del antiguo claustro del Oratorio de San Felipe Neri “el Viejo”, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, para el cual se ha propuesto un proyecto cultural realmente interesante: convertirlo en sede del Museo del Escritor.

Historia del claustro

La “Unión Ilustrísima de San Felipe Neri” fue fundada por don Antonio Calderón Benavides en 1657. Su primera sede fue la iglesia de San Bernardo; más tarde se mudaron a la capilla de la Soledad de la iglesia de Balvanera, donde estuvieron tres años y, finalmente, a la calle del Arco de San Agustín, hoy República de El Salvador, donde construyeron su propio Oratorio, cerca de una casa antigua donde se decía que había nacido San Felipe de Jesús. Pese a tan insigne y piadoso uso que se le atribuía, la casa fue demolida para construir una iglesia bajo la advocación de San Felipe Neri. (1)

Oratorio de San Felipe Neri “el Viejo”. Claustro. Vista general.Foto: Martha Fernández

En opinión de Francisco de la Maza, la iglesia fue edificada entre 1660 y 1668; (2) pero de acuerdo con Antonio García Cubas, ese primer templo no era más que una capilla que fue dedicada el 24 de mayo de 1661. Más tarde, dice este mismo autor, esa capilla fue sustituida por una iglesia de tres naves, cubierta con bóvedas, la cual fue dedicada el 6 de junio de 1687 por el arzobispo don Francisco Aguiar y Seijas. (3) De ella únicamente conservamos la portada, que podría llamarse “reclamo” en el sentido de llamar la atención de los transeúntes, pues su vano no daba acceso a la iglesia propiamente, sino a un patio que tenía la iglesia al fondo, ya desaparecida. Según un documento localizado por Manuel Sánchez Santoveña y citado por Francisco de la Maza, esta obra fue edificada por el arquitecto Diego Rodríguez; (4) es abocinada y se encuentra estructurada a partir de un arco triunfal. El primer cuerpo tiene un arco rebajado flanqueado por pilastras de orden dórico; en las calles laterales se abren dos nichos conchiformes sobre los cuales se talló decoración a base de lazos y roleos. En el segundo cuerpo la riqueza ornamental se manifiesta desde el banco, donde las hojas se acomodan en rítmicos semicírculos entrelazados. Las columnas tritóstilas poseen, en el primer tercio, abigarradas figuras decorativas y, en los tercios superiores, las estrías ondeantes del barroco salomónico. El friso luce una guía de hojas que en su recorrido forma una greca. Por último, golpes de hojarasca se acomodan alrededor del marco mixtilíneo del relieve central que representa a San Felipe Neri, apoyado en una muy protuberante peana ornada con hojas de acanto. La torre, posiblemente posterior, está integrada a la portada; tiene dos cuerpos de planta cuadrada pero con nichos en las esquinas en forma de chaflán, flanqueados por columnas, lo que produce que sus cornisas sean mixtilíneas y adopten la forma de un octágono. El segundo cuerpo se encuentra cubierto por un cupulín.


Oratorio de San Felipe Neri “el Viejo”. Claustro. Segundo piso.Foto: Martha Fernández.

El claustro del Oratorio fue construido a partir de 1684 por el arquitecto Cristóbal de Medina Vargas Machuca, a solicitud expresa del arzobispo don Francisco Aguiar y Seijas. Dos cartas enviadas por el prelado al arquitecto así lo demuestran. La primera está fechada el 12 de marzo de 1684 y a la letra dice:

Mucho deseo que la obra de los cuartos del Oratorio de San Felipe Neri tengan muchos augmentos y teniendo, como tengo, noticia de que el doctor don Joan de Narváez está con ánimo de hacer un cuarto a su costa, ningún medio será mejor para conseguirlos que la disposición y magisterio de Vuestra Merced que lo sabrá acomodar en provecho y creces del Oratorio, y así suplico a Vuestra Merced que si no se halla embarazado lo asista, que lo estimaré mucho… Estimaré mucho todo el cuidado de los aposentos de San Felipe Neri. (5)

La otra carta está fechada el 18 de mayo del mismo año de 1684 y en ella el arzobispo insistía en la necesidad de que el arquitecto Cristóbal de Medina se diera prisa por terminar el claustro. De acuerdo con sus palabras:

La de Vuestra Merced del primero del pasado recibí muy retrasada, y han sido tantas las ocupaciones que no han dado lugar a escribir la Vuestra Merced suplicándole que ponga todo empeño en la conclusión de la obra de los cuartos de San Felipe Neri, que aunque no tengan los señores sacerdotes del Oratorio al presente para dar a Vuestra Merced de nuevo y satisfacer a Vuestra Merced lo suplido, luego que llegue a esa ciudad lo ajustaré yo, pues ha de mirar Vuestra Merced esa obra como mía, y suplir a doblar la gente y materiales para la perpetuidad que deseo, pues todo lo satisfaré en persona… A presto nos veremos con el favor de Dios. (6)

Ese claustro está constituido por cuatro paños que se comunican al patio a través de arcos de medio punto. En los dos niveles que tiene, los arcos están apoyados sobre jambas con impostas a las que se adosan pilastras. Las jambas, las pilastras y los arcos se encuentran totalmente almohadillados, elemento que dota al edificio de gran riqueza y de intensos contrastes de claroscuro. En las enjutas de los arcos, se encuentran talladas hojas de acanto. Los corredores del primer nivel están cubiertos por medio de bóvedas de aristas y todos los arcos que separan cada tramo también se encuentran almohadillados. En el segundo piso, la techumbre es de viguería.

Uso y abuso del claustro

Antonio García Cubas consignó en 1945 que la iglesia de lo que conocemos como San Felipe Neri “el Viejo” se encontraba convertida en pensión de caballos, (7) lo que nos hace imaginar que el claustro no debió de correr con mejor suerte, en vista de que se encontraba en el mismo predio que la iglesia. En los años sesenta del siglo XX, gracias a los empeños del Secretario de Hacienda, Antonio Ortiz Mena, el conjunto fue restaurado y se agregó la galería que se abre detrás de la portada “reclamo”, a imitación del claustro virreinal; así como la fuente central, en forma de estrella, que imita las que se realizaron en la Nueva España durante el siglo XVIII. Sin embargo, para esa época la iglesia ya no existía. Las obras de restauración estuvieron a cargo de los arquitectos Enrique y Agustín Landa.

Oratorio de San Felipe Neri “el Viejo”. Claustro. Pasillo del primer piso.Foto: Martha Fernández.

Desde entonces y hasta el año 2006, el conjunto fue ocupado por oficinas de la Secretaría de Hacienda, para lo cual se tuvieron que llevar a cabo adaptaciones a las antiguas dependencias claustrales como celdas, biblioteca, refectorio, etcétera, y le introdujeron avances tecnológicos que no existían en el siglo XVII, como la luz eléctrica y sanitarios, pero siempre se respetó el claustro y su cantera tallada. En 2006, el Gobierno Federal cedió el edificio a las autoridades eclesiásticas, quienes lo convirtieron en sede del Instituto Manuel Toussaint dedicado al estudio, conservación y promoción del arte sacro de México, bajo la dirección del padre Armando Ruiz. A principios de 2008, la Iglesia devolvió el monumento al Gobierno Federal y actualmente se encuentra en desuso, pero también en espera de ser nuevamente utilizado en un proyecto cultural que mucho beneficiaría a la zona en la que se encuentra. Ese proyecto ya existe: el Museo del Escritor.

Al lado del conjunto de San Felipe Neri “el Viejo” se levanta la que fuera la iglesia de San Felipe Neri “el Nuevo”, actual sede de la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, la cual tiene, además de un muy buen acervo bibliográfico, una de las principales colecciones hemerográficas del país. Además, en su interior se puede ver el conjunto de murales más importante de Vlady. Ese monumento fue construido por el arquitecto Ildefonso de Iniesta Bejarano. Su edificio se inició en 1751 y se abandonó hacia el año de 1770. El remate de la portada fue completado de acuerdo con el diseño del arquitecto Carlos Chanfón Olmos, en los años sesenta del siglo XX, cuando se emprendió la remodelación de todo el conjunto de San Felipe Neri.

Museo del Escritor. Foto: cortesía de la Fundación René Avilés Fabila.

El proyecto del Museo del Escritor

Con la biblioteca en San Felipe Neri “el Nuevo”, el proyecto para ocupar el claustro de San Felipe Neri “el Viejo” como sede del Museo del Escritor adquiere sentido, principalmente porque como en todo museo, la idea es exhibir objetos como fotografías, caricaturas y grabados de escritores famosos; primeras ediciones firmadas por sus autores, entre las que se encuentran libros de Gabriel García Márquez, José Saramago, Edgar Allan Poe, Carlos Fuentes, Alejo Carpentier, Isidro Fabela, Juan Rulfo, Juan José Arreola, Rafael Solana, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska y muchos más; así como plumas, máquinas de escribir, lentes, cartas, etcétera. Sin embargo, la Fundación René Avilés Fabila, que ha propuesto este proyecto, pretende que ese museo sea vivo, es decir, un sitio donde se lleven a cabo presentaciones, publicaciones, mesas redondas, conferencias, cursos y talleres para jóvenes. Ello se suma a la creación del Centro de Escritores Rafael Solana con becas para narradores menores de 30 años; con la biblioteca Juan José Arreola, que cuenta ahora con un acervo de más de quince mil libros, principalmente de literatura mexicana; y los concursos anuales sobre cuento, poesía, viñetas y dibujo que la Fundación lleva a cabo para jóvenes.

Museo del Escritor. Foto: cortesía de la Fundación René Avilés Fabila.

El proyecto ya es una realidad, pues el Museo del Escritor está constituido legalmente en una Asociación Civil en cuyo consejo están los siguientes escritores: Federico Ortiz Quezada, Silvia Molina, María Luisa Mendoza, Bernardo Ruiz, Jorge Ruiz Dueñas, Ignacio Trejo Fuentes, Eugenio Aguirre, Marcela del Río, Alberto Dallal, Joaquín Armando Chacón y Dionisio Morales. Además, desde hace ya varias semanas, el Museo está abierto y en funciones pero se encuentra en la colonia Narvarte, cuando el lugar más adecuado para un museo de tal naturaleza tendría que ser nuestro tradicional Centro Histórico, por cuyas calles han transitado la mayor parte de los escritores mexicanos y muchos otros provenientes del extranjero. Allí están los orígenes de nuestra cultura ancestral y también de nuestra nueva cultura. La Universidad y la Secretaría de Educación Pública le dieron mayor brillo al mundo intelectual de esa zona. Actualmente existen políticas definidas por parte de empresarios y autoridades para rescatarlo y recuperarlo como centro no sólo histórico, sino de plena actividad cultural y artística. Si como parte de esas políticas de rescate del Centro Histórico el antiguo claustro del Oratorio de San Felipe Neri, “el Viejo” se dedicara al Museo del Escritor, podría constituir uno de los conjuntos culturales más importantes de la Ciudad de México y se garantizaría la preservación de uno de los monumentos barrocos más bellos que se conservan en México.



Museo del Escritor. Fotos: cortesía de la Fundación René Avilés Fabila

* Martha Fernández es investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Es autora, entre otros libros, de Cristóbal de Medina Vargas y la arquitectura salomónica en la Nueva España durante el siglo XVII, editado por el IIE.1. Francisco de la Maza: Los templos de San Felipe Neri de la ciudad de México, con historias que parecen cuentos, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1970, pp. 8-17.2. Ibidem, p. 19.3. Antonio García Cubas: El libro de mis recuerdos. Narraciones históricas, anecdóticas y de costumbres mexicanas anteriores al actual estado social. Ilustradas con más de trescientos fotograbados, México, Editorial Patria, 1945, p. 128.4. Francisco de la Maza: op. cit., pp. 21-23.5. AGI (Audiencia de México: 163, ramo 2, doc. 28). Documento publicado en Martha Fernández: Cristóbal de Medina Vargas y la arquitectura salomónica en la Nueva España durante el siglo XVII, México, Instituto de Investigaciones Estéticas, Universidad Nacional Autónoma de México, 2002 (Monografías de Arte 27), p. 263.6. AGI (Audiencia de México: 163, ramo 2, doc. 28). Documento publicado en Martha Fernández: Cristóbal de Medina Vargas…, p. 263. Para el asunto de estas dos cartas y la discusión acerca de la autoría del Cristóbal de Medina, véase también Martha Fernández: Arquitectura y gobierno virreinal. Los maestros mayores de la ciudad de México. Siglo XVII, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Estéticas, 1985 (Estudios y fuentes del Arte en México: XLV), p. 185.7. Antonio García Cubas: op. cit., p. 128.