Miércoles 15 de Abril, 2009
¿Por qué un museo?
¿Por qué en el Centro Histórico?
René Avilés Fabila
René Avilés Fabila
Poco queda de aquel centro de la ciudad capital por donde transitaron todos los grandes artistas e intelectuales de México. Algunos de sus edificios coloniales han sufrido el mismo destino que las edificaciones aztecas: la piqueta. Pero es mucho lo que debemos conservar. Allí nació la cultura del continente con la fundación de la Gran Tenochtitlán y allí los españoles luego de destruir, erigieron la capital de la Nueva España. El resultado, el mestizaje, fue la base de una nueva civilización. Sus calles están llenas de recuerdos memorables. Sólo en el siglo XX, luego de la Revolución, en sus vetustos edificios los mexicanos crearon un nuevo país. En esa zona se establecieron instituciones y la Universidad Nacional fue instalándose. Vasconcelos edificó la Secretaría de Educación Pública, donde estuvieron escritores notables como Jaime Torres Bodet, Agustín Yáñez, Rafael F. Muñoz, José Revueltas, Mauricio Magdaleno…, sucesivos gobernantes crearon museos y los más grandes pintores dejaron en sus muros huellas indelebles. Qué no ha tenido esa hermosa zona. Luego decayó. Los cambios le fueron adversos y el deterioro evidente. Sus habitantes se distanciaron y oficinas y comercios atrajeron vendedores ambulantes que la agobiaron. Hoy, poco a poco, recupera su brillo, el esplendor que Luis González Obregón y Salvador Novo narraron en páginas soberbias. Alrededor del Zócalo y sus majestuosos edificios civiles y religiosos, el antiguo centro convalece de sus heridas. Hay esfuerzos del gobierno capitalino, en este caso representado por Alejandra Moreno Toscano, de empresarios como Carlos Slim, de la UNAM y de Conaculta por dignificarlo.
En este contexto, un numeroso grupo de escritores, artistas plásticos, académicos e intelectuales (ver www.museodelescritormex.blogspot.com) decidimos formar el Museo del Escritor. Está en Yácatas 242, Narvarte. Pero el local es inadecuado. Por ello, hemos llevado a cabo pláticas con distintas autoridades y fundaciones para encontrar el apoyo necesario a un proyecto de envergadura, que contribuiría mucho a la recuperación del Centro Histórico. El Museo posee una biblioteca especializada en literatura de unos quince mil volúmenes, una importante colección de dibujos, grabados y caricaturas de escritores, primeras ediciones firmadas, originales, objetos y cartas. Sin embargo, el proyecto va más allá. La idea es hacer un museo vivo, donde los jóvenes puedan formarse como escritores, con cursos, talleres, diplomados, mesas redondas, conferencias, presentaciones de libros. Ello necesita apoyo. No es fácil darle las dimensiones que merece una institución de tal clase, única en el mundo como es posible comprobar en internet. Algo que pueda darnos una idea del trabajo literario y de la vida cotidiana de los narradores ya está listo, pero estamos hablando de un amplio museo, que disponga de aulas y cubículos para investigadores. Esto sólo lo contemplamos en el Centro Histórico. Al Conaculta le solicitamos formalmente el ex Oratorio de San Felipe Neri, los trámites quedaron inconclusos por la salida de Sergio Vela. Asimismo, le enviamos a Felipe Calderón varias misivas firmadas por intelectuales distinguidos, cuyas respuestas estuvieron a cargo de su secretario particular, Felipe Bravo Mena. La lista de apoyos es sorprendente. Esperamos que haya continuidad con Consuelo Sáizar, a quien estamos tratando de contactar.
Imaginamos que personajes como Carlos Slim estarían interesados en apuntalar un museo de tal naturaleza, porque se trata de empresarios que han enfocado su mirada en la dignificación del Centro Histórico.
Por otro lado, Alejandra Moreno Toscano se mostró interesada en el proyecto y pensó en un posible terreno a un costado del templo de Santo Domingo. En fin, nada ha quedado claro. Estamos hablando de un museo que existe y sólo espera una mejor sede, que ha sido visto con simpatía por el director del IPN y el rector general de la UAM, que ha encontrado apoyo en instituciones respetables como los institutos de Investigaciones Estéticas e Históricas y la Facultad de Arquitectura de la UNAM, el Museo José Luis Cuevas, la Fundación Sebastián, el Museo Franz Mayer, la Academia de la Lengua, la de Historia y la de Artes, agrupaciones afines a la UNESCO, la Sogem y que lleva firmas como las de Miguel León Portilla, Rubén Bonifaz Nuño, Teresa del Conde, Humberto Musacchio, María Luisa Mendoza, José Agustín, Alberto Dallal, Silvia Molina, Martha Fernández… En fin, es, pues un Museo que ha sido bien recibido por infinidad de personajes e instituciones, registrado ante notario público; cuenta con un consejo directivo integrado por trece escritores de valía.
Hablamos de una institución cuyo valor cultural es invaluable y que puede fácilmente convertirse en un centro de atracción turístico, político, social y ser el eje de la vida literaria de los jóvenes. Un museo al servicio no sólo del país, puesto que en sus vitrinas hay libros y objetos de escritores de diversas nacionalidades. Creo que la dificultad principal estriba en que se trata de una propuesta de la sociedad civil, la que apenas cuenta en México.
http://www.reneavilesfabila.com.mx/
1 comentario:
La idea es hacer un museo vivo, donde los jóvenes puedan formarse como escritores, con cursos, talleres, diplomados, mesas redondas, conferencias, presentaciones de libros.
http://tbn3.google.com/images?q=tbn:RuubFuWLegtDfM:http://librolibertate.files.wordpress.com/2008/04/museo-del-escritor.jpg
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